Traducido por Instinto Salvaje
Cárcel de Ferrara, o1 de Abril del 2014
Estoy cabreado, no un poco «, tantito. Digamos mucho. Muy cabreado. Hace apenas una hora que hice una videoconferencia. ‘Farsa Na. Humillante en algunos aspectos. Es inútil negarlo, estaba esperando esta fecha desde hace mucho tiempo. La vida aquí es muy monótona, como se puede adivinar, uno se basa en estas fechas. Cuento los días. Lo admito. En un mes tengo esa audiencia. Una semana, 2 días, 1 día. Anoche no pude dormir, estaba agitado. A las 3 me puse a leer «La verdadera historia del Capitán Long John Silver.» Resultado, esta mañana tenía bolsas bajo los ojos como la Virgen María.
He intentado por todos los medios arreglarme para mostrar una cara presentable. Al menos que la gente pudiera ver que yo estaba bien. Tal vez sabía que iba a ser una decepción, pero quería esperar a que algo sucediera. Luego, alrededor de las 09:20 me vino a recoger el inspector. Me dije a mí mismo: ‘No voy a hacer un viaje a Turín, pero voy a ver otra parte de la prisión «.La habitación estaba cerca de la videoconferencia no más de 20 metros de la sección. Antes de que me pusieron en una habitación segura. Entonces me di cuenta de que estaba dentro de la prisión de los jardines también está más o menos cuidada y estábamos fuera en los árboles, no sé de qué tipo, pero el viento movía las hojas. Ya, ya existen las hojas, llegó la primavera a principios de este año. Después me llevaron a la habitación. Una habitación normal con dos escritorios, había un Inspector, en la otra yo tenía una bonita televisión de pantalla plana y una cámara de vídeo arriba. Pues se podía ver que la televisión estaba bastante presentable. A penas entre en video, un saludos fuerte a los compañeros. Ya había pensado sobre qué hacer, qué decir. Saludos con el puño en alto, porque me agrada saludar. Entonces presté atención al aula, la TV está dirigida por el tribunal y nada más. Qué idiota soy, yo sólo saludé al juez. Quería mostrar un saludo a 39 o 41 dientes, pero como yo sólo veo el juez fui serio, estoy preso en serio. En la televisión allí estoy yo en una pequeña caja y entonces veo el aula, 10 segundos al juez, y 10 segundos a los compañeros, abogados y el pm (que es tan malo como feo). El aula es grande, prácticamente desierta. Trato de reconocer el video de los compañeros porque la definición no es muy buena. ‘Cámaras cuando tienen que hacer el trabajo bien definido no lo hacen. ‘A la mierda. […]
Siento tanta ira en mi interior. Sé el inmenso poder que me daría todo, y yo estoy sentado aquí como un Picio en la cárcel maldita. A la mierda el Dap, las prisiones, los jueces y todos ellos.
El inspector dice que ha terminado, vuelvo a la sección, hay una cortina para mirar hacia fuera, se dan cuenta de ello y me dicen que si quiero ver par el otro lado también. No gracias. Pasamos por la enfermería, no soy un preso común, hay pánico. Saludo. Aquí estoy de nuevo en mis habituales 4 paredes. Una vez pesquisa. Un lugar. El espectáculo ha terminado por hoy.
Claudio
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Para escribir:
Claudio Alberto
Casa Circondariale
Via Arginone, 327
44122 Ferrara
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Prigionieri No Tav – Lettera di Claudio dalla AS2 del carcere di Ferrara
Carcere di Ferrara, 1 aprile 2014
Sono incazzato, non un po’, tanticchio. Diciamo parecchio. Molto incazzato. Appena un’ora fa ho fatto la videoconferenza. ‘Na pagliacciata. Umiliante per certi versi. È inutile nasconderlo, questa data la aspettavo da molto tempo. La vita qui dentro è monotona, come si può intuire uno si affida a queste scadenze. Conto i giorni. Lo ammetto. Fra un mese ho quell’udienza. Una settimana, 2 giorni. 1 giorno. Stanotte non ho dormito. Ero agitato. Alle 3 mi son messo a leggere “La vera storia del capitano Long John Silver”. Risultato, stamattina avevo delle occhiaie della madonna.
Ho cercato in tutti i modi di agghindarmi per mostrare un viso presentabile. Almeno che i compagni vedessero che stavo bene. Forse lo sapevo che sarebbe stata una delusione però ho voluto sperare che qualcosa accadesse. Poi verso le 9 e 20 è venuto a prendermi l’ispettore. Mi son detto: «non farò un viaggio fino a Torino, ma vedrò un’altra parte della galera». La saletta della videoconferenza distava non più di 20 metri dalla sezione. Prima mi han messo in una camera di sicurezza. Mi son accorto allora che dentro al carcere ci sono pure dei giardinetti più o meno curati e fuori ci stavano degli alberi, non so di che tipo, ma il vento ne faceva muovere le foglie. Già, ci sono già le foglie, è arrivata presto la primavera quest’anno. Poi mi hanno portato nella saletta. Una stanza normale con due scrivanie, in una sedeva l’ispettore, sull’altra c’ero io con un bel televisore Lcd e telecamerina sopra. Beh a vedermi in Tv ero abbastanza presentabile. Appena entro in video un saluto forte ai compagni. Avevo ragionato su cosa fare, cosa dire. Saluto col pugno alzato, perché mi piace salutare così. Poi presto attenzione in aula, la Tv è rivolta dalla parte del giudice e basta. Che cretino mi sento, ho salutato solo il giudice. Avrei voluto mostrare un saluto a 39 denti o a 41, ma visto che mi vede solo il giudice sarò serio, farò il prigioniero serio. Sulla Tv ci sono io in un riquadro piccolo e poi si vede l’aula, 10 secondi il giudice e 10 secondi compagni, avvocati e la pm (che è brutta come una racchia). L’aula è grande, praticamente deserta. Provo a riconoscere i compagni perché la definizione video non è un granché. ‘Ste telecamere quando devono funzionare fanno le poco definite. ‘Fanculo. […]
Provo tanta rabbia dentro. So dell’immensa forza che mi vorrebbero dare tutti e sto qua seduto come un piciu in ’sta cazzo di galera. Vaffanculo al Dap. Al carcere. Ai giudici. A tutti loro.
L’ispettore dice che è finito, si ritorna in sezione, io scosto una tendina per guardare fuori, lui se ne accorge e mi dice che se voglio mi fa guardare pure dall’altro lato. No grazie. Passiamo accanto all’infermeria, c’è un detenuto comune, panico. Lo saluto. Eccomi nuovamente fra le mie 4 mura solite. Ancora una perquisa. A posto. Lo spettacolo per oggi è finito.
Claudio
per scrivergli:
Claudio Alberto
Casa Circondariale
Via Arginone, 327
44122 Ferrara