Enviado al Correo
Nota: La siguiente es una entrevista inédita realizada a Conspiración de Células del Fuego. Debemos aclarar que, en un origen, la entrevista sería publicada en una revista anarquista que circularía por Santiago (y quizás más lejos). Las temáticas creemos que eran bastante interesantes, con una fuerte carga de autocrítica en temas como el rechazo a la disciplina como consecuencia de una exacerbación anti-militarista. O la defensa de la acción de Émile Henry cuando atacó al corazón de la burguesía. Y bueno, una serie también de otros temas que creemos necesarios difundir.
Lamentablemente, esta publicación ya no verá la luz. Podríamos explicar las razones, pero creemos que eso no tiene sentido. Como sea, acá les dejamos la entrevista realizada con temas tan interesantes como nutritivos.
Por ahora, eso es todo.
1. ¿Qué es la FAI? ¿Qué es el FRI?
Las palabras constituyen un código . Un código de comunicación.
Tratan de ofrecer lugar para contenidos, significados, valores, experiencias, vivencias y sentimientos enteros.
Pero siempre falta algo… En lo general, las palabras no son capaces de expresar toda la grandeza, la dimensión entera de los significados que dan contenido a la vida.
La confusión a menudo crece cuando el contenido de las palabras tiene que caber en una traducción.
Todas estas dificultades, sin embargo, muestran que hay un deseo de comunicarse y compartir entre nosotros, que hay nuevas palabras y nuevos contenidos que queremos debatir otra vez, incluso si ya ya se han dicho…
Entonces, ¿qué es la FAI?
La FAI es justo lo que dice su nombre. Una Federación Anarquista Informal. Informal porque no le gustan todas esas estructuras burocráticas y centralizadas que fabrican a los papeles sociales. El papel del líder, del teórico, del uno que coloca bombas, del ejecutor o del uno que está “menos metido”. Informal porque no restringe a su deseo de atacar de acuerdo con los estatutos, las normas de funcionamiento o los estereotipos. Informal porque es vivaz, traviesa e inesperada.
Federación porque se cree capaz de crear una red horizontal de compañeros y núcleos/células internacionales esparcidos por todo el mundo. Federación porque, al contrario de las plataformas unificadoras anarquistas en que todos deben estar de acuerdo sobre el promedio, la FAI promueve el desarrollo continuo. La federación crea un espacio para el diálogo, tiene en cuenta tanto acuerdos como desacuerdos y siempre mantiene el anonimato de cada uno.
El FRI es el Frente Revolucionario Internacional. El Frente porque creemos que todos los gestos hostiles hacia el Poder pueden encontrarse uno con otro en el espacio/tiempo anárquico y así nos hagan aún más peligrosos. El Frente porque cada acto, sin perder sus propias características particulares, crea una comunidad. Crea la comunidad de la negación en contra de la sociedad de esclavitud voluntaria.
2. ¿Qué es la Internacional Negra?
Aspiramos a que la Internacional Negra de lxs Anarquistas de Praxis se convierta en una conspiración internacional de la anarquía negra.
No obstante, para no hacer juegos de palabras, tomemos las cosas desde el principio. Como ya hemos dicho, no creemos en las plataformas centralizadas de la unanimidad, de los acuerdos absolutos y de las rebajas de conciencia que acuden a la solución “del camino del medio”, todo eso para evitar desacuerdos. Nuestra forma de organización se basa en las relaciones de afinidad y no en la identificación absoluta.
En resumen, creemos que cada persona, cada individuo es único y experimenta su propia realidad subjetiva singular. En cualquier caso, no podemos ni tampoco estamos dispuestos de cambiar esto en el nombre de un propósito común como el de la “revolución.» Por esto promulgamos los encuentros informales e libres entre anarquistas de praxis. Es decir las complicidades que promueven el ataque anarquista contra la cotidianeidad de nuestra vida.
Las formaciones/grupos que participan no lo hacen siguiendo un conjunto de reglas y pautas de conducta. Al contrario, basándose en deseo de acción como sensación común, tratan de liberar y multiplicar las posibilidades del ataque contra la autoridad. La Internacional Negra es justo este tipo de formación. Puede participar en ella todo compañero que con su discurso y sus actos se dirige contra el poder de la máquina social y promueve la insurrección anarquista continua. La Internacional Negra se difunde a través de textos, publicaciones, actos de destrozo y sabotaje.
Las relaciones entre la Internacional Negra y la FAI-FRI son unas relaciones de afinidad que se complementan entre sí, sin que esto afecte a su autonomía. En conclusión podemos decir que la Internacional Negra es una invitación abierta para todo anarquista, fuera donde fuera, para coordinar su rabia y sus deseos con los de otros lobos solitarios en todas partes…
3. Todas las individualidades y grupos evolucionan. Desde las primeras inquietudes sociales y sueños con un mundo mejor que tuvimos alguna vez, hasta el comienzo de un accionar clandestino. Claro, la evolución no se detiene ni llega a su punto culmine cuando comenzamos a usar armas ilegales, sino que es una constante construcción hasta la muerte. ¿Cuál ha sido la evolución de ustedes en estos años de encarcelamiento? ¿Algo ha cambiado como grupo o como individualidades?
Alguien ha escrito una vez que “para un revolucionario la prisión es el monasterio” Se trata de una parada entremedia donde, por lo general, reina el tiempo congelado. Un tiempo para preservarse a sí mismo devora los recuerdos, las experiencias, los sentimientos y pensamientos.
Pero este torbellino de nostalgia es peligroso. Puede hundirnos en una inmovilidad hipotética en que los días se nos pasan por encima sin tocarnos, como si existieran sólo e únicamente para apuntarles en la pared de la celda.
Sin embargo nosotros, a nivel individual y colectivo, hemos decidido romper esa inmovilidad del tiempo. Durante los años que ya dura nuestro cautiverio, a veces más a veces menos, habíamos hecho una evaluación, un repaso, cada uno por sí mismo pero también colectivamente. La evaluación es el punto de partida para luego poder dar el salto en contra del desgaste causado por el paso del tiempo y el contraste. Así nace el proceso evolutivo. A través del conflicto dialéctico y la superación de nosotros mismos. Debemos derribar los iconos del pasado que nos mantienen esclavizados a las “glorias de ayer”. En la cárcel, por lo tanto, cada uno de nosotros se puso un nuevo punto de partida. Y estos puntos de partida de cada uno se encontraron en un cruce de caminos colectivo. Así nació la célula de presos de CCF en que el punto de partida era “NINGUNA ENTREGA, NINGUNA TREGUA… TODO SIGUE…”
Lo que ha cambiado en comparación con el pasado son bastantes cosas. Seguramente no todas ellas pueden decirse públicamente. La cárcel tiene sus propios secretos que, por lo menos de momento, hay que guardar lejos de los ojos y oídos de la policía. Pero en el plano teórico sin duda se desmitificó la fantasía que tuvimos respecto al carácter «insurrecto» de los círculos de los «ilegales » y de la figura social del delincuente.
Anteriormente pensábamos que las personas excluidas y desfavorecidas (como lo es la mayoría de los presos) fueran más cercanos a nosotros, más llenos de rabia y en favor del fuego de la revuelta. Ciertamente, lo que vimos y seguimos experimentando disuelve a estas ilusiones. Aquellos que han vivido, aunque fuera por poco tiempo, dentro de los muros de la prisión, sabrán lo que queremos decir. Dentro de la cárcel lo que prevalezca es una fiel reproducción de la sociedad autoritaria, pero aún más fea, llena de racismo, de sexismo, de intolerancia religiosa y de poder.
No obstante lo que tiene mayor valor es lo que no ha cambiado en nosotros. Lo que no ha cambiado en nosotros sino al contrario ha evolucionado y se hizo más fuerte y peligroso es nuestro deseo por el ataque constante. Ataque contra todo que es uniforme, contra toda prohibición, contra toda regla, contra todo que nos hace arrodillar. Por esto, como frecuentemente se dice acá dentro, nuestro principio es «si nos caemos siete veces, la octava nos levantaremos. «
4. Al rededor del mundo se han reivindicado muchas acciones en nombre de la FAI-FRI. Unas han saltado al horror autoritario como el baleo a Roberto Adinolfi o la poderosa bomba contra el Banco de Chile en septiembre de 2012 por la Célula Vandálica por la Proliferación del Rencor. Sin embargo, también se han reivindicado acciones bastante menores -no siempre despreciables- en nombre del proyecto FAI-FRI, como colgar un lienzo (en donde incluso se grita «Punks Unidxs») o rayar con spry un cartel elecotral. Ustedes piensan que una acción sin reivindicar es una acción vacía, pues puede ser manoseada por diversos aprovechadorxs. ¿Qué piensan al respecto? ¿Creen que hay ciertas acciones que, más que atemorizar al Poder, sólo «sobrecargan» un proyecto?
En primer lugar, consideramos un acto anarquista no es algún producto medible que podemos pesar o medir según el peso de explosivo utilizado o según la cantidad de bombas o balas que se gastaron atacando al objetivo.
Una práctica anarquista se mide según el deseo que tienen los compañeros de tomar su vida en sus propias manos y liberarse. Pero, ¿qué significa “práctica anarquista”? Práctica anarquista para nosotros significa atacar, atacar, atacar.
Nuestros ataques no quieren ser bordes frente a ningún medio. Desde el lápiz hasta el Kalashnikov, todos los medios pueden promulgar la insurrección anarquista continua. Por eso, examinando la historia de la FAI podemos anotar una convivencia armoniosa de todas las herejes “malas artes” de sabotaje y guerra, desde bloqueos de cerraduras con pegamento hasta ejecuciones de policías.
Ninguna acción es sobrante o inferior si reflejar en sí el deseo de dinamitar el Poder. Nuestro deseo natural es hacernos cada vez más peligrosos y que nuestros ataques causen un ruido fuerte y el pánico en las filas del enemigo. Simultáneamente, mediante nuestros ataques buscamos crear un puente de comunicación con los compañeros más jóvenes que tal vez aún no han pisado el campo de batalla con el Poder.
En estos casos el uso de fácilmente apropiables métodos de sabotaje, por ejemplo pegamentos , gasolina, bombonas de gas etc, que cada uno puede encontrar crean un punto de partida y encuentro para todos. Esto, por supuesto, no quiere decir que continuando nuestro ataque e intensificándolo, tenemos que abandonar a estos medios. Hay que evitar el fetichismo de los medios utilizados. Por esto promulgamos la diversidad del ataque. Creemos que la confrontación con el enemigo debe ser armada, pero tampoco somos fetichistas de armas.
Pero aquí hay que aclarar algo. La elección de la diversidad de los medios no debe estar vinculada al miedo de las consecuencias penales.
Desafortunadamente en Grecia algunos “anarquistas” miden su acción (o su inercia) según los “gastos penales” que esta supone en caso de arresto. Por esto algunos optan por unos “tibios” medios de sabotaje. No lo hacen para la mejor difusión de los ataques sino por nada más que el miedo a la cárcel. Todos tenemos miedo a la prisión. No somos creyentes ni queremos a héroes-mártires santos que se sacrifican “por la revolución”. Sin embargo, el miedo no lo puedes combatir con miedo sino con fuerza. Y cuando decimos la fuerza, nos referimos a la fuerza de la conciencia anarquista y del deseo insumiso.
Por lo tanto, hay gente que optan por mantener el nivel de la violencia , escondiéndose detrás de la mentiras ideológicas (hablando de supuesta “difusión de medios” o “autonomía política”, que son términos usados en Grecia).
Y así convierten el ataque en un espectáculo inofensivo que se agota en acciones puramente simbólicas.
Para volver a vuestra pregunta, sin embargo, estamos felices por cada ataque de FAI ya que pensamos que no hay acciones pequeñas o grandes sino simplemente ACCIONES que llevan consigo el desorden de la Anarquía.
Además, hay que romper de una vez por todas el mito de los «especialistas de la violencia.» No necesitas haber estudiado la química o electrónica para construir una bomba, ni ser francotirador perfecto para disparar. Se precisa voluntad y conciencia.
5. En la segunda mitad del siglo XX, las Panteras Negras acuñaron el termino “cerdo” para referirse a la policía, lo que, a nuestro parecer, es un insulto para el cerdo. En Chile, sólo en los últimos años se ha comenzado a utilizar términos como “honor”, lo que a algunxs les suena a un lenguaje un tanto a grupos armados de los 70′. Por último, está el uso, que a ciertxs compañerxs les molestó, de una cita de Mao Zedong que ustedes usaron en el texto de “A Guerrilla Signal” (Una Señal de Guerrilla). ¿Creen que el lenguaje es un arma de dominación? ¿Cómo la combaten y cómo superan las barreras de la traducción y las culturas?
Creemos que el lenguaje y las palabras son un medio. Como el cuchillo y la pistola. También la policía hace uso de armas, eso no quiere decir que no podemos utilizarlas nosotros.
Las palabras no tienen dueños. Las palabras pertenecen a todos y adquieren el contenido que le da la persona que las pronuncia y del objetivo que esta quiere realizar.
No creemos en las obsesiones respecto a quien pertenecen frases, dichos o citas. Al contrario: saqueamos el lenguaje del enemigo apropiándonos de los conjuntos de palabras capaces de expresar a nuestros propios significados. Así que nos robamos una frase del tirano Mao Zedong, convirtiéndola en propuesta del ataque contra la Autoridad. Además, ninguno de los que criticaron nuestro uso de esta frase comentó su contenido (probablemente por falta de argumentos) sino solo e únicamente su origen. Estas actitudes dogmáticas que reconocen “los derechos de autor” son, por lo menos, conservadoras. De esta manera podrían nacer incluso algunas peculiares censuras “anarquistas”. Por ejemplo Sun Tzu, el autor de El arte de la guerra fue un líder militar, esto no significa que no podemos robarnos alguna cita de su texto (como lo han hecho muchos otros anarquistas) .
El plagio y el cambio de los significados pertenecen al arte del saqueo y forman parte integral de la práctica anarquista ajena a los dogmatismos ortodoxos y moralismos.
Por supuesto, otra cosa plagio y otra cosa uso de las palabras que acumulan el contenido sexista y racista. Como ya hemos dicho el lenguaje es un código. Hoy en día el lenguaje está envenenado por la lógica autoritaria. Ciertas palabras y frases codifican los acumulados significados de divisiones sexistas y discriminaciones patriarcales racistas.
Por supuesto que queremos eliminar esas palabras que retratan a las mujeres como objetos sexuales, a los extranjeros como infrahumanos y a los animales como una forma de vida inferior. Por esto fuera contradictorio que los anarquistas reproduzcan ese “dialecto” dominante.
Pero hay que tener cuidado para no hundirnos en detalles filológicos. Nosotros también creemos que es injusto comparar un cerdo a un policía. Esto no quiere decir que todos los compañeros que durante un disturbio o una pelea usan palabras envenenadas por el Poder, conscientemente reproducen el moral autoritario. Por supuesto, en cualquier caso, es mejor que la guerra se haga con hechos y no con palabras. Por último, dado que el lenguaje es un código, sería interesante, igual en algún momento en futuro, codificar nuestros propios significados en unas palabras nuevas que no fueran inventadas todavía. Tal vez así descubriremos también nuevos contenidos.
6. La seguridad es primordial en cada acción. Y con «seguridad» nos referimos tanto a la seguridad del grupo para no ser capturado, como así la seguridad de no dejar daños involuntarios durante las acciones, su comunicado del potente ataque del Comando Horst Fantazzini con una moto-bomba da cuenta de ello. Si ustedes tomaban tantas medidas de seguridad, ¿por qué fueron detenidxs? ¿cuáles fueron sus errores? ¿algún factor repentino les jugó en contra?
Ya comenzamos con un desacuerdo. La seguridad no es de importancia primordial de toda acción. Si fuera así, la acción más exitosa sería estar sentado en el sofá.
Además, para alguien que pone su «seguridad» como prioridad, el hecho de optar por la acción directa es una decisión equivocada. La acción directa y la nueva guerrilla urbana anarquista es una historia que cuenta ya con muertos y prisioneros. Pero así es la lucha. No hay ninguna certeza ni garantía de seguridad. La insurrección anarquista permanente en el núcleo de su actuar contiene lo de «vivir peligrosamente». El riesgo, el peligro, el cautiverio y la muerte pesara sobre todo compañero que elige la guerrilla urbana.
Para nosotros, por lo tanto, toda práctica guerrillera es una manera de tomar tu vida en tus propios manos. Liberarte, individual y colectivamente, de todas las convenciones cotidianas y caminar en contra de la multitud de esclavos y amos. Sabemos que nada es fácil. Todo tiene su precio. La insurrección anarquista permanente esconde en sí un precio contradictorio. Todos nosotros que elegimos de vivir dentro de las llamas mientras que amamos la vida, estamos flirteando intensamente con la muerte y a la hora de lucha por la libertad a menudo caemos presos.
Este es el precio de la lucha. Por esto, antes de iniciar a quemar los puentes detrás tuyo y optar por la nueva guerrilla urbana anarquista, tienes que tomar ciertas decisiones. Decisiones conscientes y no unos impulsos de adrenalina. Porque si la represión golpea la puerta, cada uno y una debe que estar conscientemente preparado y decidido. Desgraciadamente, en algunos casos podemos comprobar, con pena y rabia, que las personas que hasta ayer has llamado «hermanos » y con quienes has compartido el asalto al cielo, ahora agachan la cabeza y mendigan por sus derechos legales ante el Poder.
Aquí nos gustaría subrayar una cosa. Nuestra decisión de no mostrar ningún atisbo de remordimiento y burlarnos de las autoridades judiciales no tiene nada que ver con la mentalidad de un héroe o mártir santo que se sacrifica por el «bien de la revolución».
Por lo tanto, lo que proponemos no es una indiferencia fatalista que parece estar diciendo «ya que una vez nos van a pillar no consideramos importante tomar las medidas de precaución conspirativas.» Todo lo contrario. La guerrilla urbana anarquista es una experiencia existencial de la liberación y no un acto de auto-sacrificio. Por lo tanto está claro que hay que inventar y aplicar todas estas medidas de auto-protección que hacen al enemigo la vida difícil y nos hacen más invisibles y por lo tanto más peligrosos.
Así que hablando específicamente acerca de nosotros y nuestros arrestos, se debe tener en cuenta que esto pasó cuando toda la Unidad Antiterrorista (y no sólo) nos iba buscando y persiguiendo por toda Grecia. El hecho de que a pesar de las detenciones de nuestros compañeros , el CCF no sólo no se rindió o dejó de golpear sino contraatacó con continuas acciones guerrilleras, había agudizado la represión en contra de nosotros. Además, el período en que la mayoría de nosotros eramos prófugos (con decenas de nuestras fotos en las portadas de los periódicos, las noticias y en internet) no ha sido un período en que simplemente nos íbamos escondiendo.
Desde la retaguardia de la clandestinidad constantemente intensificábamos nuestra guerra con el Poder. Por supuesto tenemos que hacer una autocrítica , ya que dado el hecho que hoy estamos escribiendo estas palabras desde la prisión, en algún momento hicimos algún error. Este error nos llevó al cautiverio. No sabemos qué era exactamente ya que los maderos nunca lo van revelar. Hoy, por supuesto, sabemos lo que debíamos evitar y cuáles fueron nuestros defectos. Única cosa cierta, sin embargo, es que no existe ninguna guía de éxito o un manual de uso completo para la guerrilla urbana. Lo que hay son unos pensamientos y experiencias y es importante compartirles (pensamos que esto sucede en esta discusión) . Los errores van a suceder, lo importante es no permitir que se hagan los mismos.
7. La Conspiración ha profundizado en conceptos como revolución anarquista, anarquismo antisocial, anarcoindividualismo y nihilismo combativo, así como algunas tácticas de la nueva guerrilla urbana anarquista. Sin embargo, hemos visto algunos vacíos en sus discursos. Son los casos de su mudeza sobre temas como sexualidad, educación, liberación animal o la vida fuera de la civilización. Estos últimos temas sí han sido tratados brevemente por células de la FAI-FRI, especialmente en Rusia. ¿Por qué, en su periodo fuera de prisión, nunca se pronunciaron sobre alguno de estos temas? ¿Qué opinan sobre estas temáticas que no se abocan a la destrucción física del enemigo, sino que a la creación de una nueva vida de lxs guerrillerxs?
Ahora ya tenemos más claro que nunca que la insurrección anarquista será anticivilizatoria o no será más que una mentira bien camuflada.
No os imagináis que tenemos la receta infalible y mágica para la futura construcción del mundo. No creemos en los programas para “después de la revolución”. Nuestra insurrección es continua y no tiene “la última parada”. Todos los días estamos descubriendo nuevas experiencias, nuevos sentimientos, nuevos pensamientos. No tenemos soluciones ya hechas, en vez de eso tras nuestras acciones nos propusimos preguntas. Además, hacer preguntas es mucho más liberador que pretender que tengas la respuesta a todas las respuestas . Así que en primer lugar, planteamos la cuestión de la civilización a nosotros mismos. Descubrimos que no «cabemos” dentro de la civilización. Creemos que como anarquistas debemos romper los códigos morales de la cultura dominante y rechazar la fascización tecnológica de nuestras vidas. Queremos destruir la automatización mecánica de pensamiento y de nuestros sentimientos que convierte la vida en una ecuación matemática de comportamientos calculados. Esto significa que tenemos que atacar a esos fascistas con uniformes blancos llamados científicos y a sus jefes. Queremos sabotear sus laboratorios, sus experimentos genéticos, su totalitarismo de nanotecnología, su vigilancia y seguimiento electrónico, sus pruebas nucleares, toda esa tecnología de la alienación y de la vida congelada y transparente, como también las empresas constructoras del fascismo arquitectónico, la industria cárnica masificada, los negocios que saquean la tierra…
Hay tantas cosas que deberíamos que escribir y discutir que podrían llenar muchas páginas de una «entrevista» más. Pero, para no ir alejándose de vuestra pregunta original, volvamos al principio. Es cierto que ha sido en la cárcel donde nuestro pensamiento y acción se toparon con el corriente anticivilización. En el pasado nuestros textos y nuestras acciones por lo general se destacaban por una grave falta de cuestiones tales como la liberación animal o la tiranía de civilización.
Esto se debió, en gran medida, al hecho que venimos de un país como Grecia, donde los conceptos de la anarquía anticivilizatoria generalmente son malentendidos y marginados.
Especialmente hoy en día una gran parte del entorno «anarquista» griego se vuelve más y más conservadora, de hecho regresando cada vez más a sus orígenes izquierdistas-comunistas. Por lo tanto se considera más «normal» y «revolucionario» que los anarquistas fantasean sobre un levantamiento popular de masas en vez de ejercer una crítica directa y armada contra el fascismo tecnoindustrial.
Por otra parte, desgraciadamente, la tendencia anticivilizadora en Grecia se ve bastante poco entusiasmada como para tomar la acción (a excepción de Proyecto Némesis Verde de la FAI-FRI y algunos ataques aislados de FLA-FLT) .
Evidentemente, el hecho que eramos ausentes de la tendencia anticivilización es nuestra propia responsabilidad que, creemos, dejó también algunos huecos en nuestra teoría práctica.
Por esto hoy, aprovechando este tiempo congelado de nuestro cautiverio, nos estamos «familiarizando» con nuevos -para nosotros- aspectos de lucha que proponen la totalidad de la vida lejos de los patrones jerárquicos y antropocéntricos que categorizan y subestiman la naturaleza y los animales. Así que ahora nuestra apuesta es conectarnos con perspectivas nuevas y liberadoras y agudizarlas aún más.
8. Hace poco, Gerasimos Tsakalos criticó a Costas Sakkas por el apoyo que recibió de partidos políticos y su, hasta entonces, silencio al respecto. En lo personal, creemos que cuando se usa nuestra dignidad revolucionaria, todos los medios son válidos para sacar a nuestrxs compañerxs de la prisión. No creemos en Dios ni en otra vida, por lo que nos es desesperante el ver pasar día tras día a un compañerx tras las rejas, ya sea en Atenas o Santiago. Lxs compañerxs no se cosifican, no son «cosas» convertibles en un estandarte de la no-negociación con el enemigo… Lxs compañerxs no son símbolos, no son un «algo», sino un «alguien». No se trata de un tema de «vender nuestra dignidad», sino que de lograr la salida a la calle de un preso, y si eso significa simular un gesto con el enemigo, pues lo hacemos. ¿O acaso cuando se realizan acciones clandestinas no simulamos? Cuando se habla con un burgués y se es amable con él para seguirle sus pasos, ¿no simulamos?. Cuando Miguel Arcángel Roscigna trabajó como carcelero para liberar a Simón Radowitzky, ¿perdió toda pizca de dignidad o estaba simulando?. Cuando lxs compañerxs del Caso Bombas fueron apoyados por políticos y clérigos, ¿dejaron de ser compañerxs? ¿Por qué la crítica a Costas Sakkas y no a lxs imputadxs del Caso Bombas? ¿Creen que la crítica depende del contexto?
Responderemos a vuestra pregunta con otra pregunta intemporal: ¿el fin justifica los medios?
En el caso de Costas Sakkas hemos visto como se ha montado todo un circo de solidaridad. Sus protagonistas eran toda esa bien conocida compañía errante de los «solidarios» que consistía de los parlamentarios de Izquierda, periodistas, intelectuales progresistas y demócratas. Al mismo tiempo, durante este espectáculo se vio ridiculizada la huelga de hambre como medio de lucha y eso tras la administración de sueros (con el consentimiento de Costas Sakkas), algo que de hecho anula la huelga de hambre en sí misma.
Estamos totalmente de acuerdo con lo que han escrito: los compañeros presos no son «objetos» desechables ni tampoco mártires santos para sacrificarles sin «objetivo». Añadimos (incluyendo también nosotros mismos) que los anarquistas y «anarquistas» encarcelados no son iconos sagrados que no permiten ser criticados. En este punto aclaramos que no tenemos ningunas dudas morales en la guerra que hemos declarado contra el Poder. Esto significa que no tenemos ningún problema a la hora de usar mentiras para engañar al enemigo. Podemos jugar cualquier tipo de papel (disfrazarnos de policías, yuppies o guardias) para acercarse al enemigo, seguirle y atacarle. Miguel Arcángel Roscigna que mencionáis, trabajando como guardia en la cárcel mintió al enemigo para liberar a su compañero Simón Radowitzky. Él “ha mentido” para organizar estratégicamente una acción ilegal.
En Grecia, el guerrillero urbano Christodoulos Xiros (miembro de la organización marxista 17 de Noviembre) dijo «mentiras» a sus captores , presentándose a sí mismo como un prisionero típico para obtener su permiso. Sin embargo, utilizó a esta «mentira » para pasar a la clandestinidad y continuar la lucha y no para ganar una libertad poco válida, desempolvar su “medalla de revolucionario” en calidad de veterano o simplemente esconderse.
Pero no podemos dejar que la mentira envenene a nuestros medio de lucha. La huelga de hambre no es un derecho legal como, por ejemplo, el permiso de salida de la prisión, que podemos usar para decir mentiras. La huelga de hambre es un medio cuyo legado histórico recuerda a presos muertos y decenas más que terminaron discapacitados.
No se trata de un juego o un truco legal con que puedes experimentar. Y esto porque una huelga de hambre falsa o adulterada crea un precedente negativo para los futuros compañeros presos. Engendra desconfianza incluso en las filas de anarquistas solidarios, mientras que el Estado deja de tratarla como una amenaza real. Al mismo tiempo, los «anarquistas» que buscan o sea hacen la vista gorda a la solidaridad hipócrita que viene de la Izquierda no dicen mentiras al Poder sino se mienten a sí mismos y a los anarquistas solidarios con ellos. Convierten la solidaridad de una práctica dinámica en una plataforma de relaciones públicas en que todo va mezclado, desde la anarquía hasta los derechos democráticos. Por supuesto, una «solidaridad» semejante es solidaridad a cambio de algo. Por lo tanto, las personas que tenían exactamente los mismos cargos y estaban exactamente el mismo tiempo en la cárcel, dependientemente de su postura «disfrutan» a cualitativamente diferentes entre sí porciones de solidaridad. Costas Sakkas, por haber aceptado la solidaridad venga de donde venga, se convirtió en el símbolo de toda una multitud heterogénea y confusa que llegó hasta el punto de denunciar “la arbitrariedad judicial” (como si existieran los jueces justos…), mientras que nuestro compañero Gerasimos Tsakalos continúa siendo preso porque no ha aceptado reconciliarse y acudir a súplicas legales.
Sin embargo, repetimos, lo importante es cómo te aprovechas de la libertad que te has ganado, incluso si dijiste mentiras al enemigo. Ya que habéis mencionado el “caso bombas” , lo único que tendremos que decir que dos de estos compañeros, la Mónica y el Francisco, hace poco cayeron presos otra vez, acusados de colocar un artefacto explosivo en una iglesia en España. No nos importa si son «culpables» o «inocentes». Pero lo seguro es que los compañeros nos han demostrado que a pesar de su puesta en libertad por lo de “caso bombas», incluso si esto pasó de la forma en que estáis diciendo, optaron por seguir siendo PELIGROSOS.
Sin embargo, ya que algunos casos siguen siendo investigados y en este mismo momento Costas Sakkas (aunque seamos indiferentes hacia él como individuo) está en la clandestinidad, la gravedad de los hechos requiere que no digamos nada más públicamente. Lo que vamos a decir es que la historia juzgará a cada uno y una de nosotros.
Terminando, ponemos una reflexión de nuestra parte. Tal vez en lugar de analizar una y otra vez los «trucos» de la «solidaridad» sería mejor entender que la solidaridad anarquista no consiste en «trucos» legales sino siempre es un acto agresivo. Y en este caso una cosa es cierta: no hay forma más fuerte de la solidaridad que la liberación de los compañeros prisioneros de los manos del enemigo. Esto no se hace con súplicas a la Izquierda ni con imploraciones en los tribunales. La liberación de los compañeros cautivos se consigue sólo con las armas y el enfrentamiento directo con la civilización del Poder. Sólo entonces está justificado el famoso lema «la solidaridad entre los anarquistas no son sólo palabras»… Por lo tanto el reto sigue abierto y los desafíos de nuestros tiempos hacen frente a las vacilaciones. La libertad, sin embargo, siempre consiste en una vida peligrosa y se gana ahí donde uno se atreve.