Nota de El Libertario: De todo lo que se ha dicho y escrito sobre el anarquista ruso en este año donde se cumplen dos siglos de su nacimiento, tenemos la plena seguridad de que para el festejado lo más preciado sería el homenaje involuntario que se le brinda desde un sorprendente origen, nada menos que los polizontes cariocas, quienes lo incluyeron hace poco en los prontuarios de gente subversiva a la que hay que tenerle el ojo encima.
Un reporte de este peculiar asunto -que hemos traducido del portugués- va en los párrafos que siguen. Suponemos que alguien – no nosotr@s – tendrá que agradecerle al cuerpo represivo por tan valioso recordatorio acerca de la vigencia de Mijail Bakunin.
Un Artículo publicado el lunes 28/7/14 en el diario Folha de S. Paulo incluye una revelación al menos curiosa: el sumario judicial de más de 2.000 páginas, elaborado por la Policía Civil de Río de Janeiro para acusar a 23 personas como responsables de la organización de acciones violentas en las recientes manifestaciones de calle, menciona al filósofo Mijail Bakunin como sospechoso. Fallecido en 1876, el ruso es considerado uno de los padres del anarquismo.
De acuerdo con el documento, Bakunin fue citado por un manifestante en un mensaje interceptado por la policía. A partir de ahí, pasó a ser clasificado como «posible sospechoso». La profesora Camila Jourdan, de 34 años, una de las personas investigadas, menciona este episodio para demostrar la fragilidad de la acusación. «Por lo poco que he leído, puedo decir que este sumario judicial es una obra de literatura fantástica de mala calidad», explica.
Esta no es la primera vez que intelectuales fallecidos y muy conocidos son objeto de «atención» por las autoridades brasileñas. Durante la dictadura militar, Karl Marx estuvo en una de las listas negras del Departamento de Orden Político y Social (DOPS), uno de los principales aparatos de represión de los movimientos políticos y sociales, que lo
identificaba como «subversivo».
Jourdan pasó 13 días encerrada en el complejo penitenciario de Bangú, en el oeste de Río. Conocida por su excelencia académica en la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ), donde coordina el programa de posgrado en filosofía, ella afirma ser víctima de los artificios de los investigadores policiales. «Hay una necesidad de fabricarse supuestos líderes para esas manifestaciones. ¿Y quién queda muy bien en el papel de mentora intelectual? La profesora universitaria. Encaja como un guante, ¿entendido?», dice.
Para impugnar el «papel de liderazgo» que le asigna la policía, la profesora se vale de las teorías del filósofo francés Michel Foucault: «Foucault dice que los intelectuales han descubierto que las masas no los necesitan como interlocutores. No tengo autoridad para hablar sobre la opresión de ninguna otra persona. El movimiento no me necesita para este
papel».
Publicado originalmente en Revista Forum
Traducido por la redacción de El Libertario.