“El código está hecho contra nosotrxs, contra rebeldes, ácratas, libertarios, subversivos, y no puede servir de criterio a nuestros juicios. Estos son actos de guerra; y si la guerra es delito, lo es para quiénes en ella están de parte de las injusticias, la represión y el sometimiento kapitalista”
En esta nueva jornada de apoyo y solidaridad internacional saludamos y motivamos con la piel crispada de animal.
Nos reconocemos, miramos al rostro reafirmando con ojos cómplices la vida revolucionaria. Hablamos sintiendo -rescatando cada gesto- oxígeno de insumisión en este instante real de guerra social.
Somos anticapitalistas asumiendo un recorrido permanente, un hacer. Aquí ponemos no sólo la mirada, van también nuestros actos, amores y huesos. Al kaminar por este surco propio de nuestras vidas y sentidos, junto a los pasos, la puntería, nos acompaña la naturaleza de no condicionarnos a ningún Estado, patrón, estructura, partido, política o dios.
Junto con saludarles a todxs, constatando el esfuerzo permanente de la práctica, siempre arrancada desde la decisión de dar batalla con las individualidades o lo colectivo, con la convicción subversiva como forma de vida. ¡Donde siempre se podrá y se puede! , existiendo las ganas, disposiciones y capacidades para un algo distinto, antagónico al capitalismo, su dominación y miseria humana.
Esta guerra social abarca todos los rincones en los cuales el Estado y sus estructuras buscan perpetuar y profundizar la sociedad karcelaria. Protegiendo su clase dominante, el poder, sus bienes y paz democrática (con olor a lacrimógena y pasta base), imponiendo miedo, sumisión y miseria, repartiendo ficticios y migajas engalanadas de un discurso de poder y control, realidad de vida donde la paz democrática de los ricos sustenta su legitimidad en una cotidianeidad de ignorancia nutrida con farsas, cuyas reglas de movilidad sobre las vidas son dictadas, normadas, controladas bajo el supuesto alero “democrático del bien”. Resguardando la integridad fastuosamente violenta de un puñado de saqueadores auto definidos como dueños de todo cuanto forma parte esencial de un territorio.
Sociedad karcelaria que rige y controla con y desde gobiernos, escuelas, hospitales, trabajos, instituciones, kárceles. Todo legitimado, controlado, vigilado y direccionado, hasta el pensamiento ya es constreñido a una “opinión”. Ya no se piensa (por correlación menos se actúa), hoy se “opina” y esta opinión pública es referente y construcción de los medios de desinformación operantes y al servicio del poder, con todos sus colores. Desde la médula reformista de izquierda hasta la igual putrefacta ideología derechista. Juntos construyen opinión, todos sentados en torno a la misma mesa, repartiéndose las riquezas y las vidas de muchxs con la venia de su dios. Mientras se sienten sus aplausos, más allá de la “TV”, y frente a nuestros ojos baila la miseria con la veterana melodía del sometimiento donde perdura el rico y su violento bienestar. Se levantan más karceles, se repletan las ya existentes con niñxs, jóvenes y mujeres. Todxs con una condición común: pobres! Repletando las jaulas del poder, negocio por excelencia que les permite controlar, reprimir, enriquecerse y justificar sus políticas.
Unos kilómetros más al sur de $hile, el wallmapu, su resistencia ancestral se confronta con la barbarie actual donde el interés del rico latifundista es respaldado a sangre y fuego por el Estado policial, asesino y torturador de niñxs, ñañas, lonkos y peñis.
Desde este lado del muro, somos una parte de lxs que resisten, rescatando la memoria como un acto permanente y libertario, un continuo donde el presente es de lucha y subversión.
El entramado policial jurídico-karcelario de este Estado kapitalista lleva 6 años desde aquella muerte de un celador de los intereses y privilegios de los ricos, 6 años en los cuales jamás interesó en ese entonces ni en la actualidad saber lo acontecido. El interés del poder ha sido en cada instante el aniquilamiento de lo que representamos como sujetos revolucionarios y subversivos, enemigos declarados por sus distintas administraciones del poder.
Con nuestra historia y presente de lucha kaminamos íntegros y dispuestos, ininterrumpidamente desde el combate a la dictadura y contra todo cuanto huela a hedor capitalista y sometimiento, en este presente cimentado sobre el olvido, en la enajenación, en la pasta base, el consumismo y las lacrimógenas de la democracia.
Los primeros años fueron de casería y persecución por parte de los entes represivos, donde no les bastaba con señalar públicamente nuestra condena a muerte, en forma cobarde y rastrera también persiguieron, hostigaron y reprimieron a nuestros seres amados, hijxs, padres, compañeras. Jamás se señaló ni una sola palabra sobre los actos legitimados y orquestados por el reinventado torturador Bernales y su séquito institucional, todo de la mano del siniestro fiscal militar Roberto Rebeco y bajo el alero de Michelle Bachelet. Misma administración que en la actualidad y luego de 6 años nos juzgará.
En nuestra condición de rehenes, con la prisión más larga en Chile luego de su reforma procesal penal y confrontando al poder desde el estar vivos, damos cuenta de la inquisición jurídica actual cuyo objetivo, fuera de todas las aberraciones y los sin sentido de fiscales militares y los otros, es dejarnos en sus jaulas del poder, de por vida. No pudieron matarnos, reivindicamos lo que somos y seguiremos siendo con o sin condenas.
A nuestros años, respiramos íntegros, sin medias tintas y rescatando cada amanecer con la intencionalidad subversiva y entereza de ser dueños de nuestras propias vidas.
Sin vacilación y con la ternura a concho no bajamos los brazos, más nuestros ojos seguirán titilando con el brillo libertario para seguir luchando.
El llamado es a actuar, generando una acción solidaria multiforme, sin líderes ni dirigentes, donde cada unx aporte desde el escenario en que se encuentre, cada gesto importa y se valora.
Así la acción solidaria genera, extiende y profundiza las redes de complicidad, potentes armas y herramientas para hacer frente al poder en esta guerra social.
Afecto y resistencia a todxs quiénes luchan.
No fue la muerte, no fue la tortura, no fue la prisión, no serán sus condenas las que detengan la urgencia imparable de revuelta y combate permanente al kapitalismo.
CONTRA EL ESTADO Y SUS KÁRCELES: INSURRECCIÓN PERMANENTE!
SÓLO LA LUCHA NOS HACE LIBRES!
MIENTRAS EXISTA MISERIA HABRÁ REBELIÓN!
JUAN ALISTE VEGA
PRISIONERO SUBVERSIVO – CÁRCEL DE ALTA SEGURIDAD. $HILE.